domingo, 1 de febrero de 2015

Trabajo voluntario en la reserva

En el pasado mes de enero 2015, un grupo de voluntarios, en su mayoría estudiantes universitarios, llegaron a Paititi para hacer tareas de apoyo a la Reserva. Los jóvenes, diez en total, provenían de lugares tan diversos como la ciudad de Rosario, la provincia de Jujuy en el extremo norte de nuestro país, y la provincia del Chubut, en el extremo sur!



El tiempo de trabajo fue arduo,
concentrándose particularmente en el control de Acacia melanoxylon en lugares donde esta especie representa una amenaza para el ecosistema de pastizal serrano original, 
y también en asistir en el armado de un diseño experimental de distintos métodos de control de esta especie que representa una amenaza a la vegetación nativa (Ver entrada sobre "Especies invasoras en la reserva Paititi").






 La experiencia duró una semana, y las tardes se dedicaban a charlas, caminatas, visitas a una granja orgánica vecina, y a comidas compartidas!







Por otro lado, el matrimonio de María Eugenia Barrientos (ing. agrónoma) y Hernani Ramos (veterinario), colaboraron esforzadamente en la coordinación de las tareas, brindando charlas informativas a los voluntarios, talleres sobre
conservación y cuidado de la naturaleza, y en el diseño de la investigación sobre métodos de control de Acacia.
Fue una experiencia hermosa y enriquecedora para todos... ¡Muchas gracias a todos los que participaron y la hicieron posible!


Especies invasoras en la Reserva Paititi

Zarzamora
Existen especies tanto vegetales como animales que pueden producir daños irreparables en los ecosistemas, cuando provienen de otros ambientes pero se adaptan a otro ecosistema y se desarrollan en éste de manera agresiva, invadiendo el espacio de otras especies locales y muchas veces produciendo su desaparición. Ejemplos de especies vegetales invasoras en la Reserva Paititi son la Acacia australiana o acacia negra (Acacia melanoxylon), el laurel (Laurus nobilis), el cerezo de Santa Lucía (Prunus mahaleb), y la zarzamora (Rubus ulmifolius). 


Hasta hace algunos años, la práctica común en las reservas naturales era dejar el ecosistema sin intervención humana alguna, incluso impidiendo los incendios naturales y el control de especie vegetal o animal alguna. Sin embargo, la experiencia fue dictando que, por diversos motivos, esta no es la mejor manera de preservar la biodiversidad. Por ejemplo, se han producido graves perjuicios al impedir en las reservas la aparición de incendios naturales, elemento que es parte necesaria para un ecosistema de pastizal saludable y cuya erradicación permanente generará el deterioro del pastizal y la invasión de arbustos y otras especies foráneas. 
Bosque de Acacia melanoxylon
El control de las especies invasoras, para evitar que desplacen y causen la desaparición de las especies nativas o el cambio de las características del ambiente local, es uno de los aspectos en donde es necesaria la intervención humana dentro de los ambientes protegidos.

El Lic. Aristóbulo Maranta ha opinado sobre este tema:

En la tradición de la administración de las áreas naturales protegidas se ha dado
poca atención a las cuestiones inherentes a la integridad de los ecosistemas que
se intentan conservar. Bastaba que se inhibiera toda acción humana para que la
Naturaleza se recuperara y armonizara. En la última década, la refutación de
este paradigma, que solemos llamar del “no tocar”, ha avanzado y sabemos que
la mayoría de las áreas protegidas tienen problemas de orden estructural. Estas
cuestiones tienen una profundidad que no abordaremos aquí, pero es clave
tomar esta referencia a la hora de definir los problemas y las soluciones. Al
respecto, en la bibliografía científica de los últimos años se viene resaltando la
necesidad de encarar el problema de las invasiones con una mirada integral. Esto se sustenta en que ha habido casos en que al controlar a una especie invasora se generaron problemas mayores.
Con esta salvedad de la problemática, es necesario de todas maneras resaltar
que los daños provenientes de las invasiones de exóticas, sean estas animales o
vegetales, es tan severo que está entre las primeras causas de extinciones. Y
entre las extinciones, en aquellas que son masivas, o sea que afectan a todo un
ecosistema, son las invasiones que tienen una incidencia alta. O sea, que si bien
es necesario manejar ecosistemas, la cuestión de las invasiones tiene una
relevancia muy alta en el éxito de la conservación y en muchos casos su
abordaje puntual es útil.
Por último, si bien se cuenta con bastante información general sobre estos
temas, las experiencias cercanas son escasas e inconclusas. Por lo que amerita
encararlos con un espíritu innovador sobre la base del conocimiento existente, lo
que en el manejo de la biodiversidad se conoce como manejo adaptativo. O sea
que estos problemas se encaran lanzando un plan de acción en el que se asume
que el conocimiento que se tiene no permite tener certeza elevada sobre los resultados, pero la experiencia sistematizada permitirá mejores aproximaciones
futuras. En realidad este ciclo se da en toda experiencia que incluya la
producción de conocimiento, pero seguramente viene siendo más difícil de
asumir en el manejo de las áreas protegidas por los valores únicos que contienen y por la presión que se deriva del paradigma del “no tocar” que
asume con mucha dificultad la necesidad de la intervención en las prácticas de la conservación de la biodiversidad.(Maranta, Aristóbulo. Control de leñosas exóticas en reservas naturales. 2014).

Es por estos motivos que en la Reserva Paititi se están llevando adelante diversas experiencias para el control de Acacia melanoxylon, la principal especie invasora que afecta la reserva. Existen porciones de la sierra donde se ha desarrollado un monte de esta especie, por debajo del cual casi no existen especies vegetales nativas, habiéndose desplazado al pastizal natural originario. Es en estas áreas, y sobre todo en los límites externos de estas zonas, donde se debe ejercer un control de esta especie, para evitar su expansión indiscriminada y el perjuicio del ecosistema nativo. En este momento se están ensayando distintos métodos de control para definir el más apropiado para el futuro control de esta amenaza para la biodiversidad nativa.

Servicios ecosistémicos de los ambientes serranos

Los ambientes de las sierras, como los representados en la Reserva Paititi, prestan importantes servicios a las comunidades humanas, algunos de los cuales podemos apreciar cotidianamente, y otros que pasan desapercibidos pero que son fundamentales para la vida. A continuación, un artículo de nuestra amiga la Dra. Lorena Herrera, bióloga que trabaja en nuestra zona en este tema de vital importancia para la adecuada valoración de nuestras sierras:
Servicios ecosistémicos de las sierras
Los servicios ecosistémicos son los atributos (aspectos) de los ecosistemas que contribuyen directa o indirectamente al bienestar humano, satisfaciendo sus necesidades e incidiendo sobre su calidad de vida. Se agrupan en tres categorías: servicios de aprovisionamiento, servicios de regulación y servicios culturales.

Los servicios de aprovisionamiento engloban los productos obtenidos de los ecosistemas como alimentos (granos, carne, leche, miel, etc.), agua dulce para consumo humano y agrícola, leña, fibras, combustible, bioquímicos, farmacéuticos y recursos genéticos. El pastizal natural de los ambientes serranos sirve como fuente de alimento para el ganado vacuno principalmente, ya que naturalmente está compuesto por una gran diversidad de especies de pastos (gramíneas) que proveen de forraje a lo largo del año. También encontramos en las sierras numerosas especies de plantas importantes por su valor como recurso medicinal, ornamental, forrajero y genético. Entre las especies de valor medicinal podemos mencionar algunas con propiedades astringentes, depurativas, diuréticas, digestivas, expectorantes, cicatrizantes, hepáticas, antimicriobianas, sedantes y purgativas. Por ejemplo, la dicotiledónea Cuphea glutinosa crece en las sierras y ha sido estudiada por sus propiedades diuréticas e hipotensora. Una especie muy valorada como recurso genético y que habita en las sierras es la papa silvestre Solanum commersonii. La misma crece junto con los pajonales de Paspalum quadrifarium y presenta resistencia a las heladas, virus e insectos que atacan al cultivo de papa, por lo que puede ser utilizada para el mejoramiento genético de la papa cultivada. El agua es otro importante recurso de provisión en la región, porque ya sea de origen superficial o subterráneo, está disponible en cantidad suficiente y con una calidad adecuada para las distintas actividades humanas.

Los servicios de regulación son más difíciles de reconocer ya que son los que se encuentran más directamente vinculados al funcionamiento de los ecosistemas, regulando las condiciones del ambiente en que los seres humanos realizan sus actividades productivas y cotidianas. En esta categoría se incluyen la regulación climática, la amortiguación de inundaciones, la regulación de los vectores de enfermedades y la regulación de la erosión de los suelos, entre otros. Por ejemplo, la vegetación de los ambientes ribereños (áreas adyacentes a cursos o espejos de agua) y de las sierras (donde en general nacen los arroyos de la zona) mejoran la calidad del agua filtrando sedimentos, nutrientes y otros contaminantes reduciendo su entrada a los cuerpos de agua, regulan el flujo hídrico controlando los eventos torrenciales y las inundaciones, estabilizan los márgenes de ríos y arroyos reduciendo los efectos de la erosión, y proveen de alimento, hábitat y condiciones de luz y temperatura adecuadas para la vida de otros organismos (insectos, aves, mamíferos, etc.).

           Otro ejemplo es la regulación climática. Las plantas a través de la fotosíntesis consumen CO2 y liberan O2 molécula imprescindible para la respiración de animales, plantas y seres humanos. Por medio de este proceso, se incorpora carbono orgánico al suelo lo que comúnmente se denomina secuestro de carbono. De no existir una cubierta vegetal, no se fijaría CO2 (principal gas de efecto invernadero), y además el suelo liberaría el carbono secuestrado también en forma de CO2, modificando la composición de gases de la atmosfera y favoreciendo así al calentamiento global. La vegetación natural de las sierras, como los pastizales y arbustos, realizan esta importante función. También lo hace cualquier cubierta vegetal, pero en diferente medida dada por el tipo de vegetación y su cobertura a lo largo del año.
             Los insectos y las aves componentes de los ecosistemas de sierras, humedales y otros ecosistemas naturales cumplen funciones importantes como controladores biológicos y polinizadores. Dentro del grupo de las aves, las especies insectívoras actúan como controladores de plagas, eliminando o disminuyendo las poblaciones de insectos nocivos para los cultivos. Son también un importante grupo polinizador (Ej.: los colibríes) y dispersor de semillas, proceso importante en la conservación de la vegetación nativa. Otro grupo de aves, las rapaces, cumplen un rol preponderante como predadores, ya sea de pequeños roedores y otros vertebrados transmisores de enfermedades y que se alimentan de los granos que producen los cultivos. Las especies consideradas carroñeras, contribuyen al saneamiento ambiental, consumiendo cadáveres y evitando así su acumulación y la propagación de enfermedades potencialmente peligrosas para el hombre y otros animales.


Dentro del grupo de los insectos, además de participar en el flujo de energía y nutrientes (escarabajos descomponedores de materia orgánica), actúan como dispersores de semillas, en la polinización de las plantas (mariposas, abejas y avispas) y en el control de plagas de cultivos como los escarabajos, las chinches, avispas, moscas, bacterias y virus.

           En las sierras se han encontrado numerosas especies de polinizadores que visitan frecuentemente diferentes especies de plantas. Entre las familias más representativas se destacan Hymenoptera (avispas, abejas y hormigas), Diptera (moscas y mosquitos), Coleoptera (escarabajos) y Lepidoptera (mariposas y polillas). A través de la polinización, se logra mantener la supervivencia de especies nativas y exóticas cultivadas (por ejemplo el girasol) y garantizar la producción de semillas de aquellas especies dependiente de agentes entomófilos.


          Los servicios culturales de los ecosistemas, proveen a las personas beneficios espirituales, recreativos y educacionales, permitiendo mejorar nuestra calidad de vida, tanto en lo físico como en lo espiritual. Las sierras son importantes áreas para la recreación y el turismo donde se pueden desarrollar actividades recreativas como caminatas, ciclismo, carreras a pie, etc. También es importante destacar el rol de las sierras desde el punto de vista educativo, ya que son ecosistemas únicos que ofrecen una gran diversidad biológica donde alumnos y maestros pueden reconocer la naturaleza funcionando en su máxima expresión cual laboratorio viviente. En los últimos años, la cultura de campo y en especial los ambientes serranos ha generado una importante industria de turismo rural que atrae a visitantes locales e internacionales.